
Una invitación a la calma y la consciencia
Era 2020, plena pandemia y terminaba de mudarme a Donostia–San Sebastián, una ciudad muy especial, profundamente conectada con la naturaleza, donde mar, montaña y vida urbana se entrelazan de forma armoniosa. En ese momento, mi hijo tenía solo dos años y yo atravesaba una etapa de grandes cambios personales: cambio de país, maternidad y una pandemia que lo transformaba todo. Aunque todo era incierto, tenía una necesidad profunda de comenzar de nuevo.
Fue en esa pausa forzada, en medio de la incertidumbre y con un niño pequeño, cuando empecé a observar más de cerca todo lo que consumíamos. Comencé a leer, a investigar y a sentir un deseo real de cambiar muchos de nuestros hábitos, pero me encontré con una gran dificultad para conseguir alternativas más saludables y sostenibles.
Desde pequeña sentí una curiosidad natural por el mundo de la cosmética; me fascinaban las texturas, los aromas y la idea de cuidar la piel como un ritual, no solo como una rutina. Esa sensibilidad fue tomando más forma con los años, y en ese momento de pausa, volvió con fuerza.
Poco a poco empecé a reunir marcas que hablasen ese idioma que buscaba: fórmulas limpias, naturales, efectivas; objetos pensados para durar; propuestas sin adornos innecesarios. Y así surgió el deseo de compartir un nuevo compromiso con nuestro cuerpo, hogar y planeta.

Mínimamente, además de ser una tienda de cosmética natural y productos para el cuidado personal y del hogar, es una invitación: a hacer una pausa, a elegir mejor, a vivir con lo esencial. Desde entonces, nos inspiramos en un estilo de vida slowliving, que intentamos aplicar cada día, ahora con mis dos hijos.
Contamos además con un rincón de Refill para invitar a alejarnos de la cultura de “usar y tirar”, ofreciendo la posibilidad de rellenar los envases con productos naturales, reduciendo así nuestro impacto ambiental.
Cada vez que alguien rellena su envase, siento que juntos damos un paso más hacia un mundo mejor.


Mínimamente, además de ser una tienda de cosmética natural y productos para el cuidado personal y del hogar, es una invitación: a hacer una pausa, a elegir mejor, a vivir con lo esencial. Desde entonces, nos inspiramos en un estilo de vida slowliving, que intentamos aplicar cada día, ahora con mis dos hijos.
Contamos además con un rincón de Refill para invitar a alejarnos de la cultura de “usar y tirar”, ofreciendo la posibilidad de rellenar los envases con productos naturales, reduciendo así nuestro impacto ambiental.
Cada vez que alguien rellena su envase, siento que juntos damos un paso más hacia un mundo mejor.
Con Mínimamente conseguirás simplificar tu día a día, cuidar tu piel y tu espacio con productos nobles, y alinearte con una forma de consumir consciente y más responsable.
Te invito a descubrir Mínimamente y vivir con más calma y conciencia cada día.